jueves, 18 de abril de 2019

En respuesta a la propuesta
de emociones extremas


¿Rubén qué Rubén?
¿Rubén, qué Rubén?
Para entender lo que digo tú sólo imagina
que un sicario de Satán te inmortaliza.
que luego te tronza el alma con un mazo
que te abre en canal, te desmiembra y te lapida
que te cura despeñándote por un barranco
que te ablanda las caderas como a un pulpo
 que de plomo hirviente te llena el ano.
¿Rubén, qué Rubén?
Para entender lo que digo tú sólo imagina
que con todo ese dolor se inventara una pomada
que usara de aplicador una lima y
que en las fracturas de una tibia te la untaran.
Para entender lo que digo tú sólo imagina
el dolor que cabe en dos mil dos vidas.
pasar agarrado a tu pierna un lustro de horas
¿Rubén, qué Rubén?
Imagina, tú sólo imagina
recibir un mazazo en la barbilla
mordiendo un cuchillo de canto
 y bebiendo por el pie lava fundida.
¿Rubén, qué Rubén?
Érase una vez en un hospital un Grifo
tronchándote la tibia tres veces con una barra
descarnándote la pierna con el pico
y en los rotos con la lima, te va untando la pomada
sin hacer caso de tus gritos.
¿Rubén, qué Rubén?
Yo le dije al hechicero: mate al Grifo o máteme
¡Métale! Dijo mi padre. Le va a dar un infarto.
Usted no sabe lo que lleva su hijo dentro.
¿Cuánto pesas chaval?
Escuche, quítele la lima y máteme.
¿Rubén, qué Rubén?
Cuando pasas la línea que no sabes ni que existe
te vienen certezas que no sabes que sabes.
¡Coño ahí enfrente hay un cuadro!
Yo te he visto muerte blanca, muerte salvadora,
hueles a tristeza, a impotencia y a medicamentos.
¡Está bien! Métele esto por la vena.
el cuadro de enfrente se dobla
caigo inconsciente
dos horas.
¿Rubén, qué Rubén?
Sólo tengo un amigo que se llame Rubén.

                                                                   El abejaruco viejo

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