miércoles, 9 de enero de 2019

Hace un frío de cojones. Y lo digo yo, que vengo de Ucrania pero es que me han dejado en
calzoncillos y se está yendo el sol. Si es que ha habido sol alguno de estos días. Quién me
mandó a mí venir aquí de vacaciones. Podría haber ido, no sé, a Valencia. Sol, playa, paela.
Llevo intentando un buen rato explicarle a alguien lo que ha pasado, pero mi inglés es muy
malo, mi español peor y del gallego mejor ni hablamos. El hecho de que esté caminando en
calzoncillos en pleno invierno tampoco ayuda. Esos chavales, me han pillado desprevenido.
En Ucrania les hubiera dado lo suyo. Me han arrinconado en un callejón y me lo han quitado
todo. La cartera con mis documentos, la cámara reflex que me prestó tía Olga, se va a
enfadar tanto cuando se entere.
— La chaqueta, el jersey y los pantalones. — no les entiendo ni papa.
— Venga tío, que te lo quites todo.— me hacen unos gestos que interpreto como una
petición poco amistosa de que me desvista.
— Buah, chaval, vamos a pillar dos gramos.
Dos gramos. Aquí nadie me entiende ni hace por entenderme. Hace tiempo que el frío y la
desesperación me han hecho empezar a soltar improperios en ucraniano. Supongo que un
señor en calzoncillos haciendo aspavientos y gritando en un idioma extraño no genera
demasiada confianza. No les culpo. Ha llegado la policía, por fin alguien a quién poder
explicarle mi situación. A estas alturas creo que estoy al borde de la hipotermia, estoy
empezando a sentir que pierdo la consciencia. El abuelo Igor siempre ha dicho que soy un
flojucho. La policía me está diciendo cosas.
— Dos gramos, dos gramos.— alcanzo a decir y me desplomo.


El enlace a la noticia:
https://www.lavozdegalicia.es/amp/noticia/santiago/santiago/2019/01/03/hospitalizado-hombre-iba-semidesnudo-plaza-vigo-solo-alcanzo-decir-policia-dos-gramos-dos-gramos/00031546535187262135771.htm?__twitter_impression=true

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