lubaK
Cada día
traigo pan, migas de pan,
Para que viva
o no muera.
Detrás de las rejas
de metal
Tú
ves
el revolotear de alas sin vuelo,
un negro pico curvado,
garras de piel arrugada.
Yo,
desde la oscura tela que me envuelve,
veo
sueños que no aterrizan,
una lengua cosida al paladar,
manos dirigidas por un cordel.
Él
mira con mis ojos,
Yo
lloro con sus lágrimas.
Cada día
traigo pan, migas de pan,
para alimentar a Él
y alimentarMe.
Rafael Mercé
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