de emociones extremas
¿Rubén qué Rubén?
¿Rubén, qué
Rubén?
Para entender
lo que digo tú sólo imagina
que un sicario
de Satán te inmortaliza.
que luego te
tronza el alma con un mazo
que te abre en
canal, te desmiembra y te lapida
que te cura despeñándote
por un barranco
que te ablanda
las caderas como a un pulpo
que de plomo hirviente te llena el ano.
¿Rubén, qué
Rubén?
Para entender
lo que digo tú sólo imagina
que con todo
ese dolor se inventara una pomada
que usara de
aplicador una lima y
que en las
fracturas de una tibia te la untaran.
Para entender
lo que digo tú sólo imagina
el dolor que
cabe en dos mil dos vidas.
pasar agarrado
a tu pierna un lustro de horas
¿Rubén, qué
Rubén?
Imagina, tú
sólo imagina
recibir un
mazazo en la barbilla
mordiendo un
cuchillo de canto
y bebiendo por el pie lava fundida.
¿Rubén, qué
Rubén?
Érase una vez en
un hospital un Grifo
tronchándote la
tibia tres veces con una barra
descarnándote la
pierna con el pico
y en los rotos
con la lima, te va untando la pomada
sin hacer caso
de tus gritos.
¿Rubén, qué
Rubén?
Yo le dije al
hechicero: mate al Grifo o máteme
¡Métale! Dijo
mi padre. Le va a dar un infarto.
Usted no sabe
lo que lleva su hijo dentro.
¿Cuánto pesas
chaval?
Escuche, quítele
la lima y máteme.
¿Rubén, qué
Rubén?
Cuando pasas la
línea que no sabes ni que existe
te vienen certezas
que no sabes que sabes.
¡Coño ahí
enfrente hay un cuadro!
Yo te he visto
muerte blanca, muerte salvadora,
hueles a
tristeza, a impotencia y a medicamentos.
¡Está bien! Métele
esto por la vena.
el cuadro de
enfrente se dobla
caigo
inconsciente
dos horas.
¿Rubén, qué
Rubén?
Sólo tengo un
amigo que se llame Rubén.
El abejaruco viejo
El abejaruco viejo
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