MUERTE
-Levanta tu corazón al Señor.
-No me quedan fuerzas.
-No pierdas la esperanza de la
salvación. No caigas en el desánimo que te trae el diablo o te arrepentirás
para siempre.
-¿Siempre? ¿Nunca? Potentes palabras
pero ya no creo en ellas. Me muero. Ya no creo ni en el bien ni en el mal, ni en
la nada ni en el todo.
-No te rindas. Ten fe en nuestro
Señor Jesucristo.
-¿Fe? Ya no importa lo que
tengo. Me he liberado de las expectativas y, de paso, del miedo a morir.
AFORISMO
Nos
aferramos a la creencia para soportar el miedo a la muerte.
EPITAFIO
Ya no
vivo encerrado en un cuerpo.
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